El ozono, por su poder esterilizante, es el elemento más potente, bactericida, germicida y fungicida conocido hoy.
Su alta eficiencia y versatilidad de usos, hace de esta técnica de limpieza una de las más innovadoras del mercado. Su proceso es muy sencillo y está basado en un fenómeno natural muy común, que consiste en el poder del ozono para descomponer las partículas de suciedad y olor, cambiando su estructura molecular.
Esto significa que es capaz de acabar con todo tipo de olores: Desde los más habituales como el del tabaco o animales y basura, hasta olores de humo y fuego, moho y pintura.
El ozono es por lo tanto una de las técnicas perfectas para acabar con los olores y gérmenes de una forma eficaz, y su cantidad de usos es prácticamente ilimitada.